En nuestro país, solo seis de cada cien CEO son féminas. “Va a llevar otros 132 años cerrar la brecha global de género”, asegura Sue Duke, jefa global de política pública de LinkedIn.
La desigualdad entre mujeres y hombres en el ámbito empresarial continúa siendo una asignatura pendiente en nuestro país. Y es que los datos reflejan que las mujeres, a día de hoy, tienen un 65% menos de posibilidades de ascender profesionalmente con respecto a los hombres, según refleja un informe elaborado por la red social LinkedIn y el Foro Económico Mundial.
“Va a llevar otros 132 años cerrar la brecha global de género”, afirma Sue Duke, jefa global de política pública de la red social, en Conversaciones para el mañana, publicación de la consultora de selección Capgemini. Al mismo tiempo, ve el vaso medio lleno al opinar que los datos “demuestran que el avance es posible”, a pesar de que es “extremadamente lento” indicando que “se ha pasado del 35 % de mujeres en posiciones de liderazgo en 2019 a un 37 % en 2022”.
ESCASEZ DE MUJERES EN PUESTOS DE RESPONSABILIDAD EN ESPAÑA
Si se echa un vistazo al caso de nuestro país, se puede observar que tan solo seis de cada cien CEO son féminas, de forma que solo un 17 % está en puestos que reportan de forma directa al director general y solo hay un 33 % de consejeras, según refleja el estudio Women Matter España: tramos pendientes” llevado a cabo por la consultora McKinsey & Company y que ha contado con la participación de 45 empresas que dan trabajo a más de 300.000 personas
“En España arrastramos una realidad histórica y unos estereotipos donde está arraigado culturalmente que las mujeres no lideran. Y entroncamos con la mayor responsabilidad de ellas ante los cuidados necesarios familiares. Son mayoritariamente ellas las que renuncian a una carrera profesional por no poder ser compatible con su vida familiar y personal”, opina Ana Bujaldón, presidenta de la Federación Española de Mujeres Directivas, Profesionales y Empresarias (Fedepe), quien habla de “escalera de cristal con suelo mojado en cada peldaño de ascenso al poder” para referirse a aquello que impide a las mujeres progresar hacia puestos de liderazgo.
FLEXIBILIDAD EN LAS EMPRESAS Y POLÍTICAS PÚBLICAS COMO RECETA
Ante esta situación, es necesario buscar soluciones. Bujaldón elogia la directiva europea aprobada en el mes de noviembre por el Parlamento Europeo que fija que, al menos, un 40 % de los puestos de directores no ejecutivos lo ocupen personas del género minoritario en la empresa, que suelen ser mujeres, mientras que en los cargos de directores ejecutivos la cifra exigida es de mínimo el 33%, lo que a su modo de ver puede ser la “palanca que se necesita en las grandes empresas”, pero al mismo tiempo echa en falta su regulación para las pymes.
No obstante, en el seno de las compañías también hay una responsabilidad de lograr la paridad en este sentido, como indica María del Mar Martínez, responsable global de diversidad, igualdad e inclusión en McKinsey & Company: “Para tener a más mujeres en puestos directivos no hace falta que las empresas lancen muchas iniciativas, sino que se centren en lo que sabemos que funciona: ofrecer oportunidades de desarrollo exigiendo resultados, dar flexibilidad en sentido amplio y apoyar en momentos clave de la carrera profesional, especialmente en ese primer salto a responsabilidades directivas que suele coincidir con la maternidad”.