El 36 % de los empleados con formación universitaria realiza un trabajo para el que no es necesario disponer de esta formación.
Según Eurostat, el 36 % de los trabajadores españoles con educación universitaria están empleados en trabajos para los que no se requiere dicho nivel de formación. De hecho, España encabeza la lista de países de la Unión Europea con el mayor porcentaje de trabajadores sobrecualificados. Estos datos, correspondientes a 2022, revelan una tendencia constante a lo largo de la última década, lo que indica la incapacidad del país para abordar dicho problema. La situación supone un desperdicio de talento y una fuente de frustración significativa.
Algunas de las causas que se atribuyen a este problema son la limitada oferta de cursos de Formación Profesional, que ayudarían a ajustar la oferta y la demanda en el mercado laboral, así como una tendencia arraigada hacia la obtención de títulos universitarios, con un mayor número de graduados que en otras grandes potencias.
De acuerdo con el informe más reciente de Esade sobre el mercado laboral español, solo el 13 % de las ofertas de empleo publicadas en 2022 requerían un título universitario. Esto explica en parte por qué los solicitantes de empleo con educación superior, debido a la escasez de ofertas en su campo, terminan aceptando trabajos que requieren menos cualificación.
La mayoría abrumadora de las ofertas de empleo en plataformas de empleo solicitan “estudios básicos” (alrededor de 870.000 vacantes), mientras que las que han experimentado un mayor aumento en comparación con el año anterior, con un incremento del 47 %, son aquellas que no requieren ningún tipo de estudios (más de 500.000 ofertas). Los expertos advierten que el mayor riesgo es que esta situación se vuelva crónica, como parece indicar la estadística, ya que el trabajador acaba resignándose a buscar un puesto acorde a su nivel de formación.
LA CARA B DE LA MONEDA
Muchos jóvenes también se enfrentan al problema opuesto: la falta de suficiente formación. España ostenta la tasa más alta de desempleo juvenil entre los países de la OCDE, con un 43.9 % de desempleados menores de 25 años, tres veces superior a la media de la Unión Europea. Al mismo tiempo, España es el país con más jóvenes infracualificados, con casi un 30 % que no posee estudios más allá de la Educación Secundaria Obligatoria (ESO). Además, el 12,7 % de los jóvenes españoles de entre 15 y 29 años no estudian ni trabajan, lo que sitúan a nuestro país en la séptima posición de los países europeos con mayor porcentaje de ninis.