El foco sobre la mujer está puesto en los puestos de alta dirección, pero es muy importante que se desarrollen políticas de cambio desde los puestos más básicos.
La presencia de mujeres en los órganos de dirección de las empresas continúa siendo una cuestión de actualidad, dado que su existencia es minoritaria, a pesar de que la realidad muestra que son mejores gestoras y cuentan con una mejor trayectoria a la hora de tomar decisiones, especialmente, cuando las empresas se encuentran en una situación difícil, por lo que, a veces, se relaciona su gestión con peores resultados, cuando en realidad es una afirmación totalmente equivocada.
Cuestión no menos importante es la dicotomía entre el ‘suelo de cristal’ y el ‘techo de cristal’ ya que mientras que el foco de atención está puesto en las posiciones de alto mando en las compañías, no se habla prácticamente sobre aquellos desempeños inferiores que las llevarían a alcanzar en un futuro los puestos de alta dirección, que conllevan una visibilidad mayor de las mujeres en empresas y otros entornos donde su conocimiento y experiencia cuentan con una gran importancia. Así, los expertos en dirección de empresas insisten en la importancia de acompañar a las mujeres en su desarrollo laboral desde el primer momento, para que se consigan políticas de igualdad desde el inicio, asegurando que se forjen en puestos de dirección intermedia que otorguen los conocimientos necesarios para alcanzar la cima de las firmas.
Transformación del entorno laboral
Es necesario que se transforme a todos los niveles la visión que hay de la mujer en el entorno de trabajo, en cuestiones como la natalidad que tradicionalmente ha supuesto en lastre para sus carreras profesionales, de tal modo que el crecimiento en las empresas sea de manera orgánica, evitando que las cuotas de género impuestas en los consejos de administración provoquen que sean vistas como una obligación y no, realmente, que están ahí por su gran valía como se ha podido comprobar en las compañías en las que se encuentran al mando.